20170803

El mercado laboral parece estar dando ciertos síntomas de agotamiento y el pasado mes de julio no ha sido muy brillante para el empleo: se han perdido 2.427 afiliados a la Seguridad Social en la comunidad autónoma (básicamente por la caída de la población activa, es decir, por jubilaciones), y sólo 397 personas han dejado la cola de Lanbide (en la que siguen 130.872). Esta mínima reducción del paro se debe, sobre todo, al parón del sector servicios, que en los últimos meses era el que venía tirando del empleo. En julio, mientras la agricultura, la industria y la construcción reducen el desempleo (eso sí, en pocos cientos de personas), los servicios suman desocupados. Sólo 42, pero suman. El sector terciario está muy feminizado y debido al mencionado enfriamiento durante el mes pasado el efecto fue que aumentó el número de mujeres en paro en Euskadi: 301 se engancharon a la cola de Lanbide, hasta sumar un total de 73.901.

A diferencia de lo que pasa en Euskadi, en el conjunto de España el verano se mantiene como el mejor aliado para el mercado laboral gracias a la fortaleza del turismo. Este tradicional empuje ayudó a que el empleo en julio aumentase en 56.222 personas hasta los 18.489.329 afiliados, la mayor tasa desde diciembre de 2008. Sin embargo, la letra pequeña dice que es el menor incremento en un mes de julio desde 2013. De hecho, el año pasado el repunte fue de 84.721 empleos. En cualquier caso, el Gobierno destacó que ya se ha recuperado el 70% de los empleos perdidos durante la crisis. Eso sí, nueve de cada diez nuevos contratos son de carácter temporal. Y es que la estacionalidad es otra de las características de este empleo, que se concentra en la hostelería y el comercio con 83.641 nuevos afiliados. Le siguen las actividades sanitarias y servicios sociales con 50.584 ocupados nuevos. Por contra, el fin del curso escolar provocó que el número de afiliados en el área de educación se desplomase en 93.349 personas.

Como suele ser habitual en julio, el mes se despidió con buenas noticias para el mercado laboral: con 26.887 parados menos y 56.200 afiliados más. Así, el número de desempleados registrados en las oficinas de los servicios públicos de empleo se sitúa en los 3.335.924, su nivel más bajo de los últimos ocho años, y el de cotizantes alcanza los 18.489.329, su mejor dato desde 2008, según los datos del Ministerio de Empleo. Sin embargo, detrás de estos resultados que invitan al optimismo se esconde otra realidad que no conviene obviar. Para lograr 56.222 altas en la Seguridad Social en el séptimo mes del año fueron necesarios 1.928.639 contratos. Es decir, 34 contratos para obtener un solo cotizante, lo que evidencia la elevada rotación y temporalidad en el empleo y la fuerte dependencia estacional del mercado laboral.

Con los aeropuertos, puertos y estaciones funcionando a casi plena capacidad y cifras de pasajeros marcando nuevos récords, los conflictos laborales entorno al sector se han ido multiplicando ya en lo que va de verano. Las huelgas de taxistas, agentes de seguridad de aeropuertos y trabajadores de Renfe y Adif –que alteran el normal discurrir del turismo y su pronosticado crecimiento hasta más allá de los 80 millones– han coincidido en el tiempo veraniego, provocando situaciones de desabastecimiento y largas esperas.

Las velocidad de crucero de la economía española permitió a las grandes empresas –aquellas con una facturación superior a los seis millones de euros– aumentar sus ventas en el primer semestre un 3,9%. Un ritmo muy superior al 2,4% computado en el mismo periodo del 2016. Sin embargo, este buen comportamiento, que implica mayores ingresos para las sociedades, no se ha notado en la nómina de los trabajadores. Y es que sus sueldos están casi congelados y apenas registraron un mínimo incremento de 0,2% de enero a junio, según el informe de ventas, empleo y salarios en las grandes empresas publicado ayer por la Agencia Tributaria.

Las ventas de las empresas guipuzcoanas durante el primer semestre de 2017 crecieron un 4,5% gracias al impulso del mercado interno, ya que el comercio exterior del territorio se ralentizó hasta el punto de experimentar una caída con respecto al mismo periodo del año anterior. Así se refleja en el informe que periódicamente realiza el departamento de Hacienda y Finanzas de la Diputación Foral de Gipuzkoa con datos obtenidos a través de las declaraciones del IVA y retenciones e ingresos por rendimientos del trabajo que presenta el tejido empresarial del territorio. y que aporta una visión general de la evolución de la economía guipuzcoana.

Las tareas para el desmantelamiento de la central nuclear de Garoña comenzaron ya ayer sobre el papel, apenas 24 horas después de que el Gobierno de Rajoy acordase su cierre definitivo al cabo de casi cinco años de inactividad. Enresa, la Empresa Nacional de Residuos Radioactivos, anunció que está preparando ya la documentación necesaria para solicitar que se desmonten las instalaciones y, tal y como indica la ley, su transferencia de titularidad, que pasará de Nuclenor a la propia Enresa, compañía pública encargada de la liquidación. El proceso no será sencillo, pero dada la experiencia acumulada con la retirada de otras dos centrales, Vandellos 1, en Tarragona, y la de Zorita, en Guadalajara, las primeras estimaciones apuntan a que las tareas se prolongarán más de diez años.

El grupo de distribución vasco Uvesco explicó ayer que desde el pasado abril, coincidiendo con la Semana Santa, hasta la fecha, ha contratado a más de 420 personas. Se trata, detallaron fuentes del conglomerado pilotado por José Ramón Fernández Barrena, de una fuerza laboral extra con la que atender las vacaciones de la plantilla habitual y, al tiempo, reforzar las tiendas BM durante el periodo estival, uno de los más intensos en ventas, sobre todo en zonas de costa. El grupo subrayó que su intención es formar a estos nuevos empleados para consolidar después a aproximadamente la mitad en las nuevas aperturas que tiene previsto. En concreto, en las diez nuevas tiendas que abrirá antes de que acabe 2017. Las 420 incorporaciones se han realizado en el País Vasco, Navarra, Cantabria, Ávila y Madrid, donde Uvesco ha comprado recientemente la cadena Gigante.

El centro tecnológico IK4Tekniker, con sede en Eibar y presencia institucional, ha sido condenado por el juzgado de lo social número 1 de la citada localidad guipuzcoana a pagar 101.046 euros a una empleada porque el mal ambiente en el trabajo le provocó serios problemas de salud. V.S.C. fue víctima desde 2010 de «un conflicto laboral» con su jefa, la directora de Recursos Humanos, lo que le llevó a «realizar funciones para las que no había sido contratada» y sufrir continuos cambios de puesto de trabajo, según explicó ayer el letrado de la empleada, Juan Ignacio Marcos, que a su vez es el coordinador del Observatorio Vasco de Acoso y Discriminación.