20180512

La subida del precio del petróleo provocada por la retirada de EE UU del pacto nuclear acordado con Irán encarecerá la cesta de la compra al elevar la inflación, que según estimaciones de la CEOE podrá pasar del 1,1% actual al 2% en verano. Eso en el corto plazo, porque si se mantiene el crudo a esos niveles el coste para las arcas públicas será también de varios miles de millones de euros. Ese escenario de un alza de precios en los próximos meses fue admitido ayer como un riesgo por parte del Gobierno. De hecho, el impacto de esta subida del barril de crudo, que se encuentra alrededor de los 77 dólares –su nivel más alto desde 2014– ya lo han notado en el bolsillo los ciudadanos con un incremento en el precio de los carburantes.

La escalada de los precios del petróleo en los últimos meses ha sacudido el tablero global. Con una subida del 23% entre febrero y mayo, hasta superar los 77 dólares por barril, el crudo ha puesto patas arriba la situación internacional. No sólo porque la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán daña las perspectivas de PIB en ese país, sino también porque da alas a Arabia Saudí para volver a imponer su hegemonía en el mercado petrolero, al tiempo que lamina las posibilidades de que Europa mantenga el pulso del crecimiento. Por actividades, la industria petrolera está volviendo a notar un aumento de las inversiones, mientras que el turismo, el sector manufacturero en general o la agricultura notarán el impacto. Algunos analistas apuestan incluso por la posibilidad de que el crudo recupere los 100 dólares por barril.

El lehendakari, Iñigo Urkullu, se mostró partidario de impulsar un nuevo modelo de empresa «más participativa e inclusiva», que favorezca la «implicación» de todos los integrantes de la entidad y que supere las fórmulas «jerárquicas» basadas en la «confrontación de intereses». Urkullu clausuró ayer en Vitoria la Asamblea General de la Agrupación de Sociedades Laborales de Euskadi (ASLE), en la que reivindicó el cooperativismo y las sociedades laborales como un modelo que sitúa a la persona y a la responsabilidad individual y colectiva «en el centro» del proyecto empresarial.

En unas semanas, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE están citados en Bruselas para aprobar una reforma de la Unión Económica y Monetaria. Una muy ambiciosa hace unos meses, pero muy descafeinada a estas alturas. No hay consenso, no hay una lista clara de qué se quiere y puede hacer y no hay ninguna urgencia. La brutalidad de la crisis que empieza a quedar atrás ha caído en parte en el olvido y las lecciones sobre las consecuencias de no estar debidamente preparados se diluyen con cada décima que el PIB comunitario crece.  Mario Draghi avisó hace unas semanas del estancamiento en la Eurozona y avisó de nuevo ayer de que la Eurozona necesita imperiosamente un mecanismo fiscal de estabilización, más unión fiscal y económica, completar la Unión Bancaria con el seguro europeo de desempleo, y dejar atrás de una vez la «artificial dicotomía entre compartir y reducir riesgos. Con el marco adecuado, ambos objetivos son mutuamente sostenibles», recordó a los escépticos del norte.

Italia camina lentamente hacia la formación de un Gobierno y Europa contiene la respiración. La Liga y el Movimiento 5 Estrellas (M5S), dos partidos antiestablishment y de corte nítidamente euroescéptico, ultiman los detalles de un acuerdo de laboratorio basado en dos programas que cuestionan sistemáticamente las políticas de la UE. Aunque los discursos se han moderado en las últimas semanas, ambas formaciones han prometido repetidamente exigir la modificación de tratados europeos, el cambio de todas las reglas que perjudiquen a Italia e incumplir el límite de déficit fiscal si es necesario.

El desarrollo del comercio electrónico y la revolución tecnológica han dado alas a un sector, el logístico, que se encuentra en pleno proceso de recuperación. Además, España cuenta con una situación geográfica estratégica, puente entre tres continentes, y un alto nivel de infraestructuras, que la convierten en un país especialmente atractivo para la expansión de una actividad que representa ya el 5% del PIB.  Con más de 985.000 ocupados, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), correspondientes al primer trimestre del año, el sector del transporte y el almacenamiento ha crecido casi un 2% en apenas tres meses. Y los expertos señalan que las expectativas de creación de empleo a medio plazo son «positivas», gracias a «la internacionalización de las empresas, la apertura a nuevos mercados, el desarrollo del comercio electrónico, así como de las plataformas logísticas intermodales», según señala un estudio sobre este sector, elaborado por el Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe).

Las grandes empresas de la Bolsa española mantienen el buen tono de sus resultados en el comienzo de 2018, aunque han ralentizado el ritmo de crecimiento respecto al año anterior. Las compañías del Ibex 35 obtuvieron un beneficio neto global de 11.891 millones hasta marzo, lo que supone un incremento del 12,2% respecto al pasado ejercicio. El aumento de doble dígito de las ganancias –en algunas sociedades se toman estimaciones de los analistas– es relevante, pero confirma la desaceleración que se viene reflejando desde inicios de 2017. El beneficio de las compañías del selectivo creció un 29,6% en el primer trimestre de 2017, un 19,3% en el semestre, un 17,1% en los nueve meses, y el aumento fue del 16,7% al cierre del ejercicio.

La Asamblea General de la Asociación Española de Fabricantes de Máquina-Herramienta (AFM), reunida ayer en el parque tecnológico de Miramón, eligió a César Garbalena como nuevo presidente, sustituyendo a Antxon López Usoz. Garbalena, director general de Loire-Gestamp, ocupará el cargo durante los dos años que marcan los estatutos, prorrogables por otros dos. López Usoz, director de Innovación de DanobatGroup, ha completado un cuatrienio. César Garbalena está al frente de las dos fábricas guipuzcoanas de la multinacional vasca Gestamp.

Tubos Reunidos, el grupo alavés fabricante de tubos sin soldadura, ha tenido un mal arranque de 2018. Entre enero y marzo la compañía perdió 8,7 millones de euros, en un contexto muy complicado. La firma no ha podido rentabilizar el tirón de la demanda de tubos en Estados Unidos para el sector del petróleo, debido a la debilidad del dólar en el pasado trimestre y también al aumento de precios de su principal materia prima, la chatarra. Además, la empresa ha vivido una fuerte conflictividad interna, fruto del paro por huelga de su filial Productos Tubulares entre el 8 de marzo y el 20 de abril, aunque la compañía no ha cuantificado el impacto que ello ha tenido en su cuenta de resultados. Las ventas, comparadas con el mismo periodo del pasado año, apenas se han incrementado el 1,2%, para situarse en 81 millones de euros. La empresa sigue sumida en una peligrosa crisis de resultados, tras haber acumulado pérdidas de unos 100 millones de euros en los tres últimos ejercicios.

El presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, advirtió ayer al lehendakari de que su formación puede retirar el apoyo brindado al Gobierno autonómico para aprobar sus Presupuestos, pacto que se ha repetido los dos primeros años de la legislatura, si el PNV no aparca la propuesta que ha presentado para la reforma del Estatuto. «Es un nubarrón, un plan profundamente soberanista que incluye el derecho de autodeterminación», resumió Alonso antes de solicitar a Urkullu que «enfríe» el debate sobre la actualización del autogobierno y que no incluya alusiones al derecho a decidir. «Tanto empeño en el derecho a decidir puede llevar a perder la capacidad de decisión actual», deslizó el líder de los populares.