Nuestras recomendaciones

Empresas:

Mantener y reforzar la presencia internacional, buscando nuevas oportunidades de negocio y nuevos mercados para compensar el menor crecimiento previsto del comercio mundial.
Seguir realizando inversiones de capacidad y mejora con el fin de aprovechar al máximo las oportunidades que sigue ofreciendo esta fase de crecimiento.

Diseñar estrategias a corto, medio y largo plazo, que permitan afrontar los retos que se presenten, incluyendo planes de contingencia ante la posible materialización de los actuales riesgos (Brexit, guerra comercial, transición energética, etc.).
Consolidar y reforzar la situación financiera de la empresa, aprovechando las excepcionales condiciones financieras existentes, antes de que estas finalicen.
Diseñar estrategias en I+D+i, e industria 4.0, analizando las necesidades y posibilidades de la empresa en estas áreas, y los retos que plantean (tecnología, formación, inversión, impacto sectorial, perfiles…).
Revisar el tamaño empresarial y adaptarlo a las exigencias de tener que competir en una economía global, que requiere de nuevas capacidades tecnológicas, organizativas, financieras y comerciales.

Impulsar de forma conjunta el proyecto compartido que es la empresa, apostando por su viabilidad y adaptación competitiva, en un clima de transparencia y de mutua colaboración y confianza.
Llevar a cabo una política de recursos humanos y de gestión de personas que favorezca la atracción y retención del talento, a través del desarrollo de un proyecto personal atractivo dentro de la empresa, incluyendo la formación.
Tener un papel como agente social activo, aportando iniciativas y propuestas que faciliten el desarrollo del tejido productivo y socioeconómico.
Profundizar en el Diálogo Social para lograr un diagnóstico compartido y buscar acuerdos y consensos en materia sociolaboral , para consolidar y prolongar todo lo más posible la fase de crecimiento y creación de empleo actual.
Lograr que la negociación colectiva sea un instrumento de apoyo a las necesidades competitivas del mundo de hoy.

Asegurar la existencia de un marco de estabilidad, gobernabilidad, seguridad y confianza, que facilite la inversión, el crecimiento económico y la creación de empleo.
Llevar a cabo reformas estructurales consensuadas, previsibles y graduales, que estimulen el crecimiento económico y del empleo a medio y largo plazo y eviten alarmas e incertidumbres.
Mantener y reforzar la apuesta por la industria, la manufactura avanzada y con una energía con un coste eficiente y previsible, que no merme la competitividad de las empresas.
Promover el reconocimiento social a la figura y papel del empresario/a , como elemento nuclear para la generación de riqueza, empleo y bienestar en la sociedad.
Diseñar e implementar unas políticas de educación y de empleo eficaces, que alineen las necesidades actuales y futuras de las empresas con la formación, capacitación y empleabilidad de las personas en general, y de los jóvenes y las mujeres en particular, mediante canales de comunicación y de colaboración permanentes con el mundo empresarial.