Colaboración versus confrontación: la clave del Modelo

Colaboración versus confrontación: la clave del Modelo

Jon Bilbao

por Jon Bilbao, director del Departamento Jurídico-Laboral de Confebask

Vemos cómo el mundo cambia cada día: global, tecnológico, complejo, diverso y mutando constantemente. Este es el entorno en el que se mueven las empresas vascas; un escenario difícil pero tan lleno de amenazas y también de oportunidades. Gestionar una complejidad semejante, simplemente es imposible si todos los integrantes de la empresa no se proponen hacerlo. Así de sencillo. Entornos y retos nuevos no pueden ser abordados con culturas e instrumento de otras épocas.

De ahí que Confebask no se haya limitado a enunciar la evidencia del cambio de los tiempos, sino que además  se ha impuesto el ejercicio de definir cuáles son los principios en los que, a su juicio, debiera de apoyarse esta manera de ganar competitividad uniendo esfuerzos. Estos principios que son el corazón de nuestro Modelo de RRLL constituyen una lista abierta.  Pero todas ellas pivotan sobre un principio central: la colaboración entre las personas que componen la empresa.

Aunque sencilla en su formulación, la colaboración supone un giro de 180 grados respecto al paradigma laboral clásico que ha sido su antónimo: la confrontación.  En clave de confrontación  se han construido las relaciones laborales tradicionales, se ha configurado la cultura y la actuación de organizaciones sindicales y patronales y se ha inspirado la legislación laboral. Un entorno en el que los intereses de capital y trabajo se consideran irreconciliables por definición y en el que las ventajas de unos son a costa del otro. De ahí que el vocabulario laboral tenga un tono belicista lleno de “luchas”, “conquistas”, condiciones “arrancadas” a la otra parte, etc…

Pero es que esta forma de entender y de desarrollar las relacionas laborales se fraguó en un mundo con un tipo de economía y una clase de empresa que ha sido literalmente barrido por los tiempos. De ahí que empresarios y trabajadores y también sindicatos y organizaciones empresariales tengan que, primero, caer en la cuenta de que los tiempos han cambiado; y luego, replantearse cuáles son las bases sobre las que gestionar entornos tan radicalmente diferentes a los que ellos mismos nacieron y se desarrollaron en cuanto organizaciones. Y es que los nuevos tiempos plantean grandes oportunidades pero también grandes amenazas.

La conjunción entre globalización y tecnología es inseparable porque la complejidad de la globalización solo puede gestionarse con la incorporación masiva de la tecnología que, a su vez, favorece la globalización. Este es un círculo que crece y que puede favorecer extraordinariamente a los que tienen la cualificación y la adaptabilidad necesaria  para mejorar competitivamente en el nuevo entorno.

Ahora bien, para aquéllos que no muestren ni la agilidad, ni la preparación necesarias para afrontarlo, pueden verse desplazados por quienes desde cualquier parte del mundo sean capaces de producir los mismos bienes o servicios con mejor calidad o con mejor precio o con ambas  a la vez

Oportunidad o amenaza son, como ha sido siempre, las dos caras de los nuevos tiempos. Maximizar los aspectos más  positivos y hacer que alcancen a la inmensa mayoría de nuestro colectivo social y, a la vez, prevenirnos contra los aspectos más negativos requiere dos premisas que el modelo de RRLL de Confebask plantea al resto de interlocutores sociales, tanto públicos como privados:

  1. Compartir un análisis común  sobre la realidad que nos afecta y sobre sus características y ‘mega tendencias’ para sentar así los objetivos que nos proponemos alcanzar. No podemos empeñarnos en seguir viendo el mundo con esquemas y categorías de hace medio siglo.
  2. Hacer frente a los retos de la única manera eficiente que es posible hacerlo a la vista de su magnitud: uniendo esfuerzos en un ambiente de colaboración.

Sabíamos que la propuesta de Confebask suponía romper con una forma de hacer las cosas: para los sindicatos sí, pero para las organizaciones empresariales también. No es fácil replantear un marco relacional sobre el  paradigma colaborativo que sustituya al viejo y conocido marco de la confrontación; tan intelectualmente cómodo como ineficaz en la práctica de hoy día.

La apuesta de Confebask está hecha y es abierta. Seguimos esperando una respuesta de quien considere que  tiempos nuevos necesitan respuestas nuevas. Las nuestras o cualesquiera otras: estamos dispuestos a debatirlas.