Tal y como adelantan los diarios del Grupo Vocento, Iberdrola inaugura hoy el que es su primer proyecto marino en solitario, Wikinger –vikingo en alemán, en pleno mar Báltico. En su construcción han participado ingenieros de Euskadi y Adwen, propiedad de la empresa Siemmens-Gamesa, que se ha encargado de suministrar las turbinas. Este proyecto emblemático, con una inversión de 1.400 millones de euros, refuerza la apuesta de la compañía por las energías renovables. A 75 kilómetros, frente a la isla de Rügen, Iberdrola ha creado 2.000 empleos en su construcción, con un equipo humano de diecisiete nacionalidades. Las torres emergen 165 metros sobre el agua y sus aspas se mueven lentamente, aunque «en realidad alcanzan una velocidad de 300 kilómetros por hora», aclara en declaraciones al Grupo Vocento Patricia Salamanca, una de las ingenieras que ha participado en la construcción del proyecto. El parque eólico produce energía limpia capaz de abastecer a una ciudad del tamaño de Bilbao, unos 350.000 hogares. Este proyecto es el primero de muchos para Iberdrola. En Reino Unido, está en construcción el que será el mayor parque eólico del mundo: East Anglia. Se espera que entre en funcionamiento en 2020.