20190526

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Domingo, 26 de Mayo de 2019
Núm 144/2019
Año XXXII

La guerra comercial de Trump tiene por ahora un efecto limitado en la industria vasca (Correo)

El veto Huawei ha supuesto un salto en la guerra comercial emprendida por Donald Trump desde que llegó a la Casa Blanca a principios de 2017. Su ataque brutal contra el segundo fabricante de móviles del mundo y una de las compañías más importantes de China constituye un punto de inflexión. Nadie sabe los derroteros que va a tomar este nuevo capítulo, aunque se intuye que es un juego muy peligroso que pilla a Europa en medio. Esta incertidumbre es el principal efecto negativo de la guerra comercial sobre la industria vasca, muy abierta al exterior. No es un impacto nada despreciable, pero difícil de medir. Si se analiza lo que se puede cuantificar, se observa que las consecuencias de la guerra comercial de Trump en Euskadi son todavía limitadas. Hay empresas muy perjudicadas, como Tubos Reunidos, pero los aranceles al acero no han supuesto ninguna debacle. Sí que hay temor a que el presidente de EE UU vuelva a la carga con gravar los coches europeos, lo que castigaría a un sector clave para el País Vasco y que atraviesa una etapa de debilidad por la crisis del diésel.

Europa, amenazada por la guerra comercial que le obligará a posicionarse (Diario Vasco)

La guerra comercial trae consecuencias mucho más allá de vetos a empresas concretas. «Vamos a ver una renacionalización de las cadenas de valor, lo que tendrá un efecto en la inversión por la incertidumbre que ya se está generando en los mercados», explica Ángel Saz, profesor del departamento de Economía Global y Geoestrategia de Esade. Y es que, en su opinión, cualquier tipo de sanción o prohibición «puede generar desequilibrios globales». El problema es que «Europa está en medio del debate» sobre cómo actuar frente a las inversiones chinas, que han supuesto un «gran volumen» de negocio en la última época pero también han generado tensiones en este territorio, «tanto desde la propia Comisión Europea por temas de competencia como por otros países».

El problema no es el móvil Huawei, el problema es el 5G (País)

«El 5G no es una bomba atómica; es algo que beneficia a la sociedad. No deberíamos ser el objetivo de Estados Unidos sólo porque estemos por delante de ellos en 5G». Con estas solemnes palabras, Ren Zhengfei, fundador y presidente de Huawei, advertía esta semana al mundo de que la quinta generación de telefonía móvil, llamada a revolucionar la industria y la vida cotidiana de los ciudadanos del planeta, no puede convertirse en un arma de destrucción masiva como, a su entender, pretende la Administración de Donald Trump, al incluir en una lista negra a la firma china. El veto del Gobierno estadounidense, primero a las redes, y ahora a los móviles del fabricante asiático es una declaración de guerra que va mucho más allá de las hostilidades arancelarias.

Lucha por el trono de la economía (El Mundo)

Las medidas de EEUU frente a China lastran el negocio de tecnológicas como Apple y sectores como el de la agricultura, mientras se elevan precios e impuestos El gigante asiático se arriesga a estancarse como un país de ingresos medios.

Veteranía laboral por el desagüe (País)

La edad no perdona. Así de crudo es el mercado laboral español, del que los mayores de 50 años son expulsados sin piedad, aumentando las cifras del paro de larga duración. Aunque en los últimos tiempos el colectivo de más de 45 años ha reducido su peso en el desempleo de 1,9 a 1,6 millones de personas, lo cierto es que su evolución sigue siendo mucho peor que la del conjunto de la población (mejora el 14,7% frente al 23,3% nacional) y se deja notar en la ocupación. Ahora la situación pinta peor que hace unos meses porque vuelven los expedientes de regulación de empleo (ERE), las prejubilaciones, desvinculaciones y bajas incentivadas, que tienen como claro foco a los más veteranos de las plantillas. De hecho, Gonzalo Pino, secretario de política sindical de UGT, está seguro de que 2019 registrará un aumento de las cifras del año precedente.

El sector financiero destruye 95.000 empleos en una década (Deia)

El sector financiero español no da por cerrado el ajuste de su plantilla y su red de oficinas, tal y como demuestran los recortes anunciados en los últimos días por el Banco Santander y CaixaBank, que elevan la cifra de puestos de trabajos destruidos a casi 95.000 en poco más de una década. Cuando la crisis financiera empezó a notarse en España, en 2008, el sector contaba con una plantilla de 270.855 empleados, un número que se redujo casi un 33%, hasta 181.999 a cierre de 2018, según los últimos datos del Banco de España. Esto equivale a una destrucción de 88.856 empleos en una década. Este mismo año, además, CaixaBank ha anunciado un nuevo ERE que afectará a 2.023 trabajadores, y el Santander acaba de proponer a los sindicatos un nuevo ajuste con el que prevé prescindir de unos 3.700 empleados en España, es decir, peligran 5.723 empleos más.

«Los empresarios se tienen que poner las pilas con la prevención» (Deia)

Ha sido una semana negra en las empresas vascas, con cuatro trabajadores muertos repartidos en solo dos jornadas, además de un quinto fallecido por exposición al amianto. Desde Osalan, el órgano dependiente del Gobierno vasco que vela por la prevención, su director Alberto Alonso pide a las empresas más formación en esta materia y una mejor coordinación para que la seguridad llegue también a las subcontratas.

«A pesar del Brexit, los erasmus tienen garantizado el próximo curso» (País)

«Nunca hemos podido excluir el escenario de un Brexit sin acuerdo y seguiremos alertando al [nuevo] Gobierno sobre sus consecuencias negativas para nuestra educación superior», subraya la presidenta de los rectores de las universidades del Reino Unido, Janet Beer. La entrevista se celebra el día en que se anuncia la inminente dimisión de la primera ministra, Theresa May. La dirigente de Universities UK, que no quiere especular sobre el líder que elegirá el Partido Conservador, rehúye el tono alarmista de los últimos meses y centra el mensaje en la necesidad de forjar alianzas con otros centros europeos para capear un futuro incierto y con todas las opciones abiertas.

Iberdrola exporta su bagaje hidroeléctrico al resto del mundo (Correo, Diario Vasco)

De todas las fuentes de generación de electricidad disponibles, los saltos de agua fueron el embrión del negocio de Iberdrola en el inicio de su actividad de generación en España hace más de un siglo, cuando sus compañías originarias (Iberduero e Hidroeléctrica Española) comenzaron a operar. Ahora, la compañía, que cuenta con 9.716 megavatios (Mw) hidroeléctricos en España, sigue apostando por este tipo de instalaciones en los países donde técnicamente se pueden construir. El de la central de Baixo Iguazú, en Brasil, inaugurada esta semana, es el último ejemplo de la apuesta que está realizando la empresa en el ámbito de las energías renovables, donde las instalaciones que utilizan el agua de los ríos para producir luz siguen jugando un papel clave.

Huawei, la libertad y Europa (Por Mikel Mancisidor, licenciado en Derecho y doctor en Relaciones Internacionales) (Correo, Diario Vasco)

«Hay tres maneras de explicar la disputa entre Huawei y Estados Unidos. Algunos presentan el caso como una cuestión de seguridad, en términos político-militares, donde lo que está en juego es el acceso a información, recursos e infraestructuras tecnológicas muy sensibles. Otros, sin embargo, creen que estamos ante una disputa más de carácter económico o comercial, donde lo que se dilucida es el reparto de un mercado de productos tecnológicos de enorme valor y que el gobierno norteamericano no ve cómo frenar a las empresas chinas si no es por las bravas y empleando el pretexto de seguridad nacional. [..] Finalmente, un tercer grupo coloca la disputa en un contexto más amplio de rivalidad por un liderazgo global estratégico y cultural. […] Para este tercer grupo el dinero, siendo importante, no es lo central ahora: quien controle la tecnología no sólo tendrá mejor acceso a nuestro consumo y bolsillo, sino a nuestras convicciones, a nuestra ideología, a nuestra información, a nuestros hábitos y a nuestro voto».