20190217

«Euskadi/Bizkaia es cuna de grandes y buenos/as empresarios/as. En gran medida gracias a ellos/as tenemos el bienestar del que gozamos en la actualidad. Curiosamente, esta misma sociedad del bienestar de la que disfrutamos hace que el espíritu emprendedor disminuya. La juventud de hoy cuenta con objetivos vitales distintos a los que se tenían hace unos años, y en muchos casos los/as jóvenes quieren cubrir sus necesidades de la forma más rápida posible y sin grandes complicaciones. En este momento en el que el mercado de oferta pública de empleo es mayor, debido al relevo generacional, muchas personas muy bien formadas eligen esta opción que tiene sus ventajas en forma de buenas condiciones laborales, pero también sus importantes inconvenientes si atendemos a la motivación, al desarrollo profesional e incluso a los ingresos. Desde el punto de vista empresarial es una pérdida de talento y de valor enorme que el día de mañana nos pasará factura. La otra cara de la moneda es que tendremos una Administración muy bien formada».

La directora de Empleo y Asuntos Sociales de la Comisión Europea, Manuela Geleng, quería conocer de primera mano el sistema de la Formación Profesional en Euskadi. Ella es la responsable de este modelo de educación en Europa y entendía que para su trabajo era necesario comprender su funcionamiento, porque el vasco es uno de los sistemas referentes en la actualidad, como ella misma reconoce. Esta semana ha visitado, de la mano del viceconsejero de Formación Profesional del Departamento de Educación, Jorge Arévalo, centros estratégicos, como Tknika, y se ha reunido con agentes que participan activamente en el desarrollo de la FP vasca, como Confebask.

«Vamos a trabajar hasta el último minuto en esta legislatura», prometió el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la declaración institucional en la que anunció el viernes la convocatoria de elecciones para el 28 de abril. Ayer mismo, apenas 24 horas después, durante un mitin en Sevilla con aires electorales, dejó claro que utilizarán las dos semanas que tienen antes del 5 de marzo, cuando se disolverán las Cortes, para aprobar algunas de las medidas ya anunciadas y que estaban incluidas en los Presupuestos de 2019 que el Congreso tumbó el pasado miércoles. Y entre ellas mencionó dos: recuperar el subsidio por desempleo para los mayores de 52 años y la cotización de las cuidadoras no profesionales. Nada dijo Sánchez sobre una de las medidas más esperadas: la derogación de al menos parte de la reforma laboral de 2012. Sin embargo, el Ministerio de Trabajo no se da todavía por vencido y fuentes del mismo aseguran a este periódico que «el poco margen que hay se aprovechará». Su intención es «sacar todo lo que se pueda» y enumeran una serie de temas que para este Departamento siguen siendo «prioritarios».

La pérdida de trabajadores durante la crisis mermó la presencia de los sindicatos en las empresas, pero el cambio de ciclo económico no está teniendo de momento el efecto contrario. En Euskadi llegó a haber casi 21.000 delegados sindicales a finales de 2008, una cifra que se fue desinflando a consecuencia del cierre de empresas y los recortes de plantilla hasta llegar a perder el suelo de los 17.000 representantes en 2014. El mercado de trabajo acumula desde entonces varios años al alza, un escenario favorable que no se está traduciendo en un aumento significativo del número de sindicalistas. Las propias centrales observan que se ha producido un cierto trasvase de trabajadores desde grandes empresas sindicalizadas hacia pymes en las que no se celebran elecciones.

La inversión extranjera que se dirigió a Euskadi en los nueves primeros meses de 2018 alcanzó los 842,8 millones de euros, lo que supone un descenso del 67,7% en relación a los 2.614,3 millones de euros captados por el País Vasco en el periodo enero-septiembre del 2017, según datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Este notable descenso se debe a que en el primer semestre del 2017 se materializó una operación extraordinaria, la fusión entre Gamesa y Siemens Wind Power, por la que la alemana pasó a tener el 59% de las acciones de la compañía resultante; Iberdrola, un 8%, y el resto, ‘free float’. De esta forma, el sector alemán dedicado al suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire aportó en ese periodo 1.905 millones.

Esta que hoy acaba ha sido, sin duda, la semana más agitada para el sector de los concesionarios de coches en los últimos meses. En pleno desplome de las ventas de los vehículos diésel, que aún sufren los mensajes sobre su (incierto) futuro lanzados por el Gobierno de Pedro Sánchez, el Ente Vasco de la Energía (EVE) concretaba el martes un plan de ayudas a la compra anticipado días antes por la consejera Arantxa Tapia que, en contra de lo que muchos podían pensar, primaba la adquisición de vehículos de todas las tecnologías, también la de aquellos con motores de combustión alimentados con gasóleo o gasolina. Todo un gesto hacia los vendedores, hacia la importante industria de la automoción y hacia el medioambiente, ya que para que las subvenciones lleguen al bolsillo hará falta que antes se envíe al chatarrero un coche de más de diez años o una furgoneta de más de siete, con lo que, en paralelo, se logra rejuvenecer el parque automovilístico y promover la descarbonización del transporte en Euskadi.

La convocatoria de elecciones generales puede provocar el frenazo de muchos proyectos energéticos, como la Ley de Cambio Climático, cuyo anteproyecto está muy avanzado y que debería acompañar al Plan Nacional de Energía y Clima que el Consejo de Ministros prevé aprobar el viernes para presentar en Bruselas este mes. La posibilidad de que se paralicen actuaciones previstas ha creado alarma en el sector, ante los problemas de desabastecimiento que pueden producir los cierres de las plantas de carbón y nucleares.

«La economía alemana crecerá de nuevo por décimo año consecutivo. Se trata del periodo más largo de expansión ininterrumpida desde 1966», anunció moderadamente complaciente un portavoz del Ministerio de Economía a finales de enero, para a continuación constatar que «los vientos soplan en contra» fuera de las fronteras y que «el crecimiento se espera menor este año», cifrándolo en el 1% del PIB, una rebaja sustancial frente al 1,8% inicialmente previsto. En general, las previsiones de crecimiento económico para la UE, pero también para Alemania, no son buenas. Bruselas corrigió a principios de febrero a la baja sus estimaciones para 2019 en la zona euro, del 1,9% al 1,3%, previendo que la desaceleración continúe. En el caso de Alemania, el Ejecutivo comunitario cifró en un 1,1% del PIB el crecimiento previsto para este año, lo que supone un 0,7% menos que en otoño y por debajo de la media de la zona euro. La desaceleración de sus principales socios comerciales pasa factura a la primera economía europea, que esquiva por muy poco la entrada en recesión

Si el sentido común no lo impide, Reino Unido puede abandonar la Unión Europea (UE) sin acuerdo el 29 de marzo. Muchos creen que es improbable, pero lo mismo se decía hace meses y sigue siendo una posibilidad debido a la tribal división que domina la política británica desde el referéndum del Brexit, en junio de 2016. Si eso ocurre, de un día para otro la economía británica dejará de formar parte del mercado único y la unión aduanera europea y se regirá por las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Las exportaciones deberán pagar tarifas y someterse a controles fronterizos; muchos productos frescos afrontarán controles sanitarios para entrar en la UE; las cadenas de montaje de los constructores de automóviles pueden quedar paralizadas en cuestión de días por falta de componentes; los ciudadanos continentales perderán el derecho a circular y trabajar libremente en Reino Unido y viceversa... Y, así, mil casos más.

El viceconsejero Jorge Arévalo  repasa la actualidad de la Formación Profesional vasca que llega marcada por la aprobación  de su quinto plan o la situación generada por el decreto que obliga a dar de alta en la Seguridad Social a todos los estudiantes en prácticas

La crisis del diésel y la transición energética son un desafío de primer orden para la industria vasca de automoción, uno de los principales motores de la economía de Euskadi. Solo las 300 empresas de componentes aglutinadas en el cluster Acicae, que no incluye la planta de Mercedes en Vitoria, mueven un negocio cercano al 25% del PIB vasco y dan trabajo a cerca de 41.000 personas en sus 360 fábricas locales (tienen otras 300 fuera). Al frente de esta asociación está José Esmoris, un ingeniero formado en Alemania que es, además, director de I+D de Cie Automotive. Su visión es crítica. Tanto con el Gobierno saliente de Pedro Sánchez como con Europa. Advierte de que los objetivos para el coche eléctrico que está fijando la UE dejan la industria en manos de las baterías asiática

Como buen banquero central, François Villeroy de Galhau dosifica cada una de sus palabras. El gobernador del Banco de Francia —uno de los nombres que suena con más fuerza para sustituir a Mario Draghi al frente del BCE el próximo octubre— visitó esta semana en Madrid a su homólogo español, Pablo Hernández de Cos. Desde los viejos pasillos del Banco de España, Villeroy de Galhau se escabullía de las preguntas sobre el legado de Draghi: «El euro ha tenido la suerte de contar con él, un europeo dedicado y un gran presidente», se limitaba a responder. Y con más énfasis aún evitaba cualquier comentario sobre los requisitos que debe cumplir su sucesor.

La política española está sufriendo un profundo movimiento tectónico. Fuertemente polarizada, la campaña para las elecciones del 28 de abril pivotará sobre la cuestión catalana —con PP, Ciudadanos y Vox criticando las supuestas cesiones al independentismo— y sobre la agenda social, a la que apela el Gobierno. Estos temas centraron ayer, aunque desde ángulos opuestos, los discursos de los líderes del PSOE, Pedro Sánchez, y del PP, Pablo Casado. Las fuerzas políticas consideran que el resultado de los comicios, debido a la fragmentación del electorado y tras la experiencia andaluza, dependerá en gran medida de la capacidad para movilizar a sus votantes. En el Gobierno se cree que la posible alianza entre Cs, PP y Vox puede ser un detonante para la izquierda y que la fotografía de la plaza de Colón del pasado domingo con los tres líderes de la derecha les va a beneficiar.

«No deja de bajar la petición de patentes desde Euskadi y se agranda la brecha con el resto de España a la hora de crear empresas. ¿Ha perdido el País Vasco su carácter emprendedor?»